Podemos decir sin error a equivocarnos que las #Audioguías son, sí o sí, vocecitas, por muy vozarrones que sean. Y lo digo en el sentido de tenerlas, casi siempre, a pie de oreja. Mediante los aparatos, llamados del mismo modo, audioguía, los #museos y #monumentos nos van guiando a través de sus salas o estancias, de forma que conocemos tanto el paseo a seguir como los puntos clave a observar. Pero, sobre todo nos dan lucidez y nos aleccionan, en el buen sentido de la palabra.
También los #TransportesPúblicos han sido (y siguen siendo) grandes amigos del servicio de la audioguía. Seguro que tenéis en la mente la voz de la #locutora o #locutor que os indicaba: "próxima parada: Tarragona" (por poner un ejemplo). O la audioguía de la que viven las azafatas y azafatos del avión (¿qué harían sin ella mientras te dicen cómo ponerte el salvavidas?).
Y, cómo no: los #touroperadores las usan habitualmente para que, por lo menos, un par de idiomas (el internacional más habitual, el inglés; y, también, el propio de la destino en cuestión y/o el del origen de los #viajeros).
Pero, en una empresa de carácter internacional, cuando llegan visitantes a sus instalaciones, puede darse el caso de que la visita la quieran guiada también, sin tener que estar pendientes de un guía presente, estandarizando la comunicación y haciendo fácil el conocimiento de lo que deben ir viendo en el recorrido.
En #LePongoVoz contáis con este servicio. Y, si bien no suele tener un carácter de locución muy festivo, el de la audioguía, sí puede necesitarse con alguna opción diferente: voces infantiles, voces sensuales, voces corporativas,... Locuciones que, en todo caso, han de ser #LocucionesProfesionales.
Bien: dicho esto, ¿me pones a prueba?
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